Saint-Rémy-de-Provence y Van Gogh
Situado en el corazón de los Alpilles, Saint-Rémy-de-Provence es una invitación a pasear en un entorno auténtico y encantador.
Su mercado provenzal, con sus colores y aromas embriagadores, es una parada imprescindible para degustar los sabores de la región.
La historia está omnipresente aquí, desde la antigua ciudad de Glanum, con sus majestuosos restos romanos, hasta la Colegiata de Saint-Martin, notable por su gran órgano y su arquitectura.
El Monasterio de Saint-Paul de Mausole, donde Van Gogh se alojó y encontró su inspiración, es testigo de su estancia en Provenza, inmortalizando los paisajes en sus vibrantes lienzos.
Callejones pintorescos, galerías de arte y terrazas sombreadas completan esta escapada encantadora.
El macizo de los Alpilles
Tierra de contrastes y de luz, el macizo de los Alpilles es un paraíso para los amantes del senderismo y de la naturaleza preservada. Entre crestas que ofrecen vistas espectaculares y senderos que serpentean entre olivos y cipreses, cada paseo es una escapada.
El Rocher des Deux Trous, el Vallon de la Lèque y la subida al Tour des Opies se encuentran entre las rutas más bonitas.
Avignon, la ciudad de los Papas
Aviñón, ciudad de historia y cultura, fascina con su majestuoso Palacio de los Papas, antigua residencia papal declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El legendario puente de Saint-Bénézet, del que se canta en todo el mundo, añade a su encanto atemporal.
Cada verano, la ciudad vibra al ritmo del Festival de Aviñón, una cita ineludible del teatro y la creación contemporánea.
El Luberon y sus pueblos en las colinas
El Luberon, entre naturaleza intacta y pueblos con carácter, seduce con sus paisajes de postal.
Entre sus joyas, Gordes, clasificado entre los pueblos más bellos de Francia, sorprende con sus calles empinadas y sus casas de piedra rubia. El Rosellón, con sus llamativos acantilados de color ocre, y Lourmarin, con su encanto bohemio, completan este cuadro idílico.
Aix-en-Provence, la ciudad de las mil fuentes
Elegante y vibrante, Aix-en-Provence es una ciudad de arte y refinamiento.
Pasear por el Cours Mirabeau, bordeado de plátanos y cafés, admirar las fuentes que salpican la ciudad, visitar el taller de Cézanne o perderse por sus estrechas calles con fachadas doradas son algunos de los placeres imperdibles.
La Camarga y sus lugares imprescindibles
La Camarga es un fascinante santuario natural y salvaje. Flamencos rosados, caballos blancos y toros negros deambulan libremente por paisajes encantadores.
Marismas y marismas ofrecen panoramas únicos, mientras que Les Saintes-Maries-de-la-Mer seduce con su ambiente bohemio y sus playas interminables.
Las tradiciones de la Camarga, incluidas las corridas de toros y las fiestas gitanas, se suman a esta auténtica inmersión.Otra dirección
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